Los especialistas recomiendan la ingesta de proteínas magras durante el día,
acompañando con verduras crudas en el almuerzo y verduras cocidas en la cena;
además de hacer media hora al día de actividad física como mínimo, nos recuerdan que
los genes que adelgazan se activan con el movimiento deteniendo la producción
de insulina.
La hidratación. Es fundamental
beber 2 litros de agua mineral baja en sodio al día. El ser humano puede vivir
semanas sin comer, pero no sin estar hidratado. Muchas veces se confunde hambre
con sed. Ante la duda, mejor beba y estará colaborando con la disolución de
glucosa.
Los carbohidratos complejos. Ingerir alimentos que
contengan calidad nutricional: es importante recordar que la función es
tratar de inhibir el genotipo ahorrador suprimiendo la ingesta de carbohidratos
simples con pequeños hábitos; estos pueden ser reemplazar el azúcar por estevia y las
harinas refinadas, intentando variarlas por las que son libres de
gluten y TACC (mijo, mandioca, soja, maíz, garbanzo,
almendras o castañas). Adquirir en nuestra dieta diaria carbohidratos complejos, como vitaminas, fibras
y minerales (presentes en legumbres, frutas, verduras, aceites vegetales).
Las proteínas. Consumir
proteínas magras durante el día, desde el desayuno, hasta en la cena. Las
carnes (sobre todo las blancas) son macronutrientes: queman calorías en el proceso
mismo de la digestión y producen más saciedad, lo cual nos ayuda a perder peso
y ganar masa muscular.
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