martes, 7 de febrero de 2023

 ¿CÓMO SE FORMAN LOS HÁBITOS? 

    Los hábitos se caracterizan por estar muy arraigados y porque pueden ejecutarse de forma automática. Cuesta mucho cambiar los hábitos. La clave de la adquisición de hábitos está en que la persona se habitúa a realizar las actividades esperadas. De esta manera la acción se incorpora a nuestra rutina diaria y se ejecuta sin tener que involucrar la conciencia.

    El hábito puede ser modificado. Para lograr transformarlo o extinguirlo, se requiere que no solamente tenga tengamos la conciencia de la necesidad de modificarlo, sino que de manera repetitiva se ejecute la conducta alternativa para modificarlo o eliminarlo. Para cambiar un hábito se necesita intención de querer hacerlo. Puede ser por deseo o por obligación, como comenzar una nueva dieta por motivos de salud. 

    Lógicamente, si es por deseo será a priori más fácil, aunque no está exento de dificultades. Es importante saber que los hábitos antiguos no se olvidan. Así pues, si se quiere cambiar algo hay que pensar qué nuevas rutinas se tienen que comenzar a hacer. En otras palabras, un hábito aprendido nunca se borra del todo y, en especial, si nos ha dado placer o ha dado contenido al tiempo

    Con toda esta información, podemos decir que nuestros hábitos se forman por la repetición constante sobre el tiempo. Si una acción es persistente en nuestra rutina, es muy probable que termine por grabarse en el “disco duro” de nuestro cerebro en forma de hábito. Esta repetición hace que poco a poco el esfuerzo por realizar esa acción disminuya considerablemente, e incluso logremos ejecutarla sin pensarlo.


Para cambiar un hábito se necesita:

 Intención (por deseo u obligación) + saber cómo hacerlo + frecuencia. 

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